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Autoerotismo femenino

Por Magdalena Rivera Becker, médico sexóloga de Medical Sex Center

 

 

La sexualidad femenina y el deseo de ellas es cada vez aceptado. Sin embargo, hay algunos temas que aún continúan siendo tabú: uno de ellos es la masturbación. Que los hombres se masturban es algo bien conocido y evidente para la mayoría de las personas, pero el autoerotismo femenino sigue siendo un secreto bien guardado. Muchas mujeres lo hacen, pero son pocas quienes  lo comentan.

Durante la infancia y adolescencia, al explorar su cuerpo, ellas también descubren que hay lugares donde las sensaciones que al tocarse son más placenteras. Así las niñas comienzan a estimular sus genitales, sin un contenido erótico o relacionado a fantasías sexuales. Sin embargo, es frecuente que cuando son sorprendidas por los adultos de la familia se les reprime inmediatamente, argumentando que se trata de una conducta sucia o mala, generando culpa. Lo mejor sería indicarles, tanto a niñas como a niños, que se trata una práctica que es mejor realizar en privado, pero sin reproches, ya que es parte  normal del desarrollo sexual.

A pesar de que en el último tiempo el autoerotismo femenino es mucho más aceptado que antes, y se ha comenzado a hablar cada vez más de su existencia, habiendo incluso tiendas especializadas en la venta de accesorios para esto (como vibradores y consoladores), éste continúa siendo un tema tabú para muchas mujeres, quienes no se atreven a confesar que realizan esta práctica.

También existen mujeres que nunca se han masturbado o que cuando lo han hecho ha sido con culpa o han dejado de realizarlo luego de que tienen pareja. Para algunas mujeres el autoerotismo es una práctica válida sólo si no se tiene pareja, como una opción menor en caso de que no exista la posibilidad de una práctica sexual compartida.

Sin embargo, el autoerotismo es una actividad que puede ser muy enriquecedora para la mujer –esté o no en pareja–, ya que le permite conocer mejor su propio cuerpo. La autoexploración permite que sepa qué tipo de estímulos y en qué lugares son los que más le facilitan el llegar al orgasmo, lo que le puede servir tanto para su disfrute en forma solitaria como para saber cómo guiar a su pareja para que la estimule de la manera más adecuada.

Hay diferentes maneras en las cuales una mujer puede estimularse. Muchas disfrutan de tocarse la zona del clítoris y los labios vulvares, es decir la zona de los genitales externos. Otras prefieren estimular, ya sea con los dedos o algún juguete sexual, el interior de la vagina o combinar ambos estímulos. Para la mayoría de las mujeres es el estímulo del clítoris  el más intenso y con el que logran más fácilmente llegar al orgasmo. Incluso algunas no llegan al orgasmo mediante la penetración, lo que no se traduce en una disfunción sexual o problema, sino sólo que el clítoris es la zona más sensible al placer de la mujer y no se estimula directamente mediante la penetración.

La autoexploración y la búsqueda de placer en forma personal es una de las técnicas que se usa para trabajar las dificultades para alcanzar el orgasmo en la mujer. Conocer el propio cuerpo es uno de los primeros pasos para lograr llegar al clímax.

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