Por Evelyn Hormazábal, periodista.
La eyaculación precoz es la disfunción sexual masculina más frecuente. Pese a que en teoría es un problema de él, en la práctica repercute directamente en la pareja. Para encontrar una solución real a este problema, el rol, ayuda y comprensión de la otra persona es fundamental así como también lo es la ayuda médica adecuada.
Cuando un hombre sufre de eyaculación precoz, la intimidad con su pareja se ve inevitablemente afectada. Los sentimientos de angustia, temor, baja autoestima, miedo a fallar y frustración del hombre acompañados por demostraciones de insatisfacción, rechazo, desinterés y bajo deseo sexual que esto provoca tanto en él como en su pareja, hacen que la sexualidad sea algo tormentoso, desagradable y comience a evitarse, dañando la relación, el bienestar y la calidad de vida de ambos.
Frente a este problema sexual, es primordial que la pareja tenga una actitud comprensiva, de respeto y de ayuda hacia el otro. Descalificar, humillar, callar o tomar una postura pasiva o de resignación frente a la insatisfacción sexual que provoca la eyaculación precoz, sólo agrava la situación. Conversar el problema con confianza, sinceridad, sin vergüenza y con la intención de encontrar una solución es siempre lo ideal.
Una vez que esa conversación haya ocurrido, el segundo paso es buscar la ayuda de profesionales especialistas en disfunciones sexuales. En este punto, es fundamental la influencia que puede tener la pareja, ya que muchos hombres no se atreven a buscar asesoría médica por sí solos. Dar este paso es el verdadero comienzo de la solución. Si la pareja acompaña al hombre en este proceso, la solución llegará mucho antes. La asistencia médica es fundamental, ya que con el tratamiento adecuado, en cuatro meses la eyaculación precoz puede quedar definitivamente en el pasado.
En definitiva, no hay que olvidar que además de ser un problema de los dos, ésta es una enfermedad y como tal debe ser siempre diagnosticada y tratada por profesionales. Asumir el problema, apoyarse mutuamente y buscar la solución juntos permitirá que la pareja retome y disfrute de una sexualidad sana y placentera.
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