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Frecuencia sexual y algunas causas que disminuyen el deseo

Por Evelyn Hormazábal, periodista.

Primero que todo, no existe una cifra determinada para tener relaciones sexuales. Todas las parejas son distintas y hay que entenderlo así. Lo ideal es tener sexo cuando ambos deseen y tengan ganas. Por esta razón la frecuencia sexual “adecuada” o “normal” es la que defines tú y tu pareja.

Hay que considerar que al comienzo de una relación las ganas y la pasión están a flor de piel. Muchas veces la actividad sexual es constante y se repite más de una vez al día. Sin embargo, no hay que desconocer que a medida que la relación se vuelve más estable, se pierden esas ganas de antaño y la frecuencia de las relaciones tiende a disminuir. Y no se trata de una falta de amor o cariño, sino de múltiples factores que intervienen, entre ellos los más comunes son:

  • La rutina: Saber segura a la otra persona y cree que por ser una relación de años debemos olvidar el romanticismo y el erotismo, es un error común en las parejas. Enamorar día a día con pequeños detalles mantendrá viva la pasión y matará la monotonía, haciendo que el sexo sea cada vez más deseado y no relegado a un segundo plano.

 

  • La llegada de los hijos: Si bien esta etapa es hermosa para la pareja, los cambios hormonales en la mujer, las responsabilidades y el cansancio que sugiere este período afectan indudablemente en la relación de pareja. Ahora no se trata sólo de los dos, y saber lidiar con esto es el desafío. Darse tiempo para estar solos y mantener el ritmo sexual que desean es tarea de la pareja.

 

  • Cansancio y estrés: Ambas son constantes que, lamentablemente, se repiten en la vida moderna y apresurada en la que vivimos. Para muchos, el trabajo se torna el centro de sus vidas. ¿Y el sexo? No hay tiempo ni ganas para esto. La meta es llegar a casa a realizar los quehaceres pendientes para comenzar, el día siguiente, otra jornada de trabajo. Buscar distracciones en pareja y hacer que la relación y los encuentros sexuales prevalezcan por encima del cansancio y el estrés es lo ideal.

 

  • Crisis en la pareja: No todo en la vida es uniforme ni todas las etapas de la relación son buenas. Hay momentos donde las peleas, la mala comunicación y las discusiones se apoderan de la relación, lo cual indudablemente repercute en la frecuencia, deseo y vida sexual. Muchas veces esta “mala fase” se enfrenta con madurez y se sale de ella sin mucha dificultad. Sin embargo, también hay otras crisis que requieren de la ayuda de un terapeuta sexual.

 

  • Enfermedades y fármacos: Una vida poco saludable deriva en enfermedades que repercuten en el apetito sexual. Patologías como la diabetes, la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo y el alcoholismo, entre otras, y algunos fármacos afectan en la frecuencia sexual y terminan en disfunciones sexuales como la disfunción eréctil y el bajo deseo. Mantener una calidad de vida sana, hacer ejercicios y comer sano, son recomendaciones que no debes descuidar si quieres vivir una sexualidad plena.

 

No te preocupes si tu relación está pasando por una etapa donde el sexo no es lo primordial. Si bien este acto es un condimento importante en la relación, a veces es bueno privilegiar la calidad de los encuentros íntimos y no fijarse en la cantidad de veces. Tampoco te compares con la frecuencia que dicen tener tus amigos, familiares o conocidos. Nadie más que tú y tu pareja deben ser el parámetro para saber qué cantidad de sexo es la que necesitan.

Finalmente, si para ambos la disminución de la frecuencia sexual es un problema y están de acuerdo en querer reactivar, mejorar o recuperar la sexualidad que tenían antes, en Medical Sex Center encontrarán la mejor ayuda profesional.

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