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La evolución de los orgasmos femeninos

Sicóloga asegura que todos los días hay menos mujeres que los fingenSicóloga asegura que todos los días hay menos mujeres que los fingen, pero que todavía existe la “máxima” que de vez en cuando esto se hace y que tiene sus fundamentos, ya que sea para agradar a la pareja, o para dar término a la relación sexual, por inseguridad, por miedo al abandono o incluso por vergüenza. Y mientras esto persista, siempre habrán mujeres que no están felices con su vida sexual.

Actualmente se han ido clasificando distintos tipos de orgasmos femeninos e incluso se ha teorizado acerca de sus orígenes. Sin embargo, el placer femenino sigue siendo materia de debate y aún hay mujeres que los fingen y que delegan su propio placer a otro.

El orgasmo femenino durante la historia de la humanidad siempre ha generado polémica y debate, hasta hoy. Si bien durante siglos, se pensó que la mujer no sentía placer sexual y por ende no era capaz de experimentar un orgasmo, también se han documentado conjeturas sobre el clímax femenino que tampoco dejan de ser curiosas, por decir lo menos.

Por ejemplo, en África, hay una tribu que se llama Bantús en que los hombres le temen a las contracciones orgásmicas de las mujeres, al punto que prefieren eyacular fuera de la vagina. Por su parte, el concepto de “petit mort” para describir un orgasmo, proviene de una idea de los franceses que al morir, la última sensación que uno experimenta es muy similar a la de un orgasmo. Y así tantas otras ideas.

Afortunadamente, el orgasmo femenino lentamente comenzó a ser visto con ojos científicos gracias a los trabajos realizados en la década de los ‘50 por William Masters y Virginia Johnson, que analizaron y estudiaron como nunca antes, la respuesta sexual femenina, logrando diferenciar cuatro fases sexuales y los distintos cambios que ellas provocan en el cuerpo de la mujer.

Pero quizás uno de los descubrimientos más interesantes que ellos hicieron fue el demostrar que la mujer podía alcanzar el orgasmo sin la necesidad de la estimulación sexual de un hombre, así como también reconocieron la capacidad de una mujer de experimentar multiorgasmos.

 

Masters &Johnson le dieron el pase a otros investigadores para seguir indagando en el mundo del orgasmo femenino. Con los años se han ido documentado otras teorías, como por ejemplo, sobre el origen del orgasmo femenino, considerado como uno de los grandes misterios de la fisiología de la mujer. De hecho, no han sido pocos los biólogos y antropólogos que se han quebrado la cabeza intentando explicarlo.

 

Hay un estudio que fue desarrollado por científicos de la Universidad de Yale y el Hospital Infantil de Cincinnati y publicado por el Journal of Molecular and Developmental Evolution que concluye que el orgasmo femenino es un “vestigio evolutivo” que si bien hoy no tiene una finalidad reproductiva (la mujer puede quedar embarazada sin tener un orgasmo), en su momento sí la tuvo, ya que según estos investigadores, antiguamente el orgasmo femenino desencadenaba la ovulación, por lo que, en otras palabras, la única forma en que una mujer podía quedar embarazada, era experimentando un orgasmo.

 

Hoy también podemos encontrar una serie de estudios donde incluso se clasifican distintos tipos de clímax femeninos.

 

Natalia Guerrero, sicóloga y sicoterapeuta sexual de la clínica Medical Sex Center, explica que “a veces hay ciertas confusiones con las clasificaciones de los orgasmos femeninos, porque hay autores que los dividen de acuerdo a la práctica con lo que se pueden conseguir, pero en términos concretos más allá de esto, todos los orgasmos femeninos son generados por la estimulación directa o indirecta del clítoris. Es decir, siempre los orgasmos son clitorianos”.

 

De hecho, según explica la especialista, el famoso y a la vez, polémico Punto G femenino, ubicado detrás de la pared frontal de la vagina, también es clitoriano, ya que esta zona es en realidad una ramificación interna del clítoris.

 

Hay otros tipos de orgasmos que han sido calificados por los expertos y que salen un poco de la norma. Por ejemplo, está el llamado orgasmo cervical que se experimenta mediante la estimulación del cérvix o cuello interino durante la penetración.

 

Suena algo extraño, pero efectivamente es posible, a través de ciertas posturas en las que se puede conseguir una penetración más profunda. El orgasmo que se experimenta acá es mucho más intenso y prolongado y también se puede conseguir estimulando el clítoris, la vagina y el cérvix a la vez.

 

“Si bien esto no está estudiado, se podría pensar que uno podría tener un orgasmo por estimulación directa de la cérvix, porque como los orgasmos son contracciones involuntarias del útero y del piso pélvico y en una penetración se toca el cuello del útero, esto puede esto aumentar el placer sexual”, comenta la experta.

 

Pero independiente de los distintos tipos de orgasmos que se puedan experimentar, Guerrero aclara que “para las mujeres, el alcanzar un orgasmo puede ser un poco más difícil porque cada mujer debe reconocer cuál es el tipo de movimiento y el ritmo que necesita y qué parte de su propia vulva o parte externa de su vulva, le genera placer sexual. Como históricamente nosotras, las mujeres, hemos estado algo censuradas con la exploración de nuestros propios genitales, sucede que cuando llegamos a tener relaciones sexuales con alguien, le delegamos la responsabilidad de nuestro orgasmo a esa persona y buscamos que ésta adivine o encuentre los puntos que a nosotras nos estimulan”.

 

“No hay una receta absoluta, cada una de nosotras siente placer de manera diferente y la única forma de saberlo es promoviendo el autoerotismo femenino y es acá donde los juguetes sexuales cumplen un rol fundamental. Por ejemplo, se ha visto que mujeres que conocen bien su anatomía, con un vibrador, no demoran más de un minuto en alcanzar el orgasmo”, agrega.

 

Guerrero, confirma este empoderamiento de las mujeres sobre sus propios orgasmos y asegura que todos los días hay menos mujeres que los fingen, pero que todavía existe la “máxima” que de vez en cuando esto se hace y que tiene sus fundamentos, ya que sea para agradar a la pareja, o para dar término a la relación sexual, por inseguridad, por miedo al abandono o incluso por vergüenza. Y mientras esto persista, siempre habrán mujeres que no están felices con su vida sexual.

 

Publicado en Revista El Diván: https://goo.gl/tv3gnH

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