Por Mª Consuelo Bernal, kinesióloga especialista en rehabilitación pelviperineal
El vaginismo es una contracción muscular involuntaria de los músculos que rodean la entrada de la vagina. Se trata de una disfunción sexual femenina de alta prevalencia, afectando principalmente a mujeres jóvenes y menopáusicas, constituyendo un alto porcentaje de las consultas a especialistas.
En muchas ocasiones la dispareunia y el vaginismo llegan a confundirse. La diferencia está en que en la dispareunia se consigue la penetración pero se sufren muchas molestias, dolor como en punzada o ardor, llegando incluso a tener que detener el acto sexual; mientras en el vaginismo la penetración no es posible ya que la vagina literalmente “se cierra” completamente y no es posible la penetración, ésta última es la principal causa de relaciones no consumadas.
Estudios españoles indican que alrededor del 70% de las parejas demora aproximadamente entre 2 a 5 años en pedir algún tipo de ayuda y el 30% acude después de 5 años.
Las pacientes que padecen algún tipo de disconfort frente a las relaciones sexuales suelen presentar miedo al dolor evitando de esa manera mantener encuentros sexuales, desarrollando así un cuadro de bajo deseo sexual, entrando en un circulo vicioso de “dolor, que genera más miedo al dolor, llevando a que el músculo se contraiga aun más, evitando el encuentro sexual, generación de mayor miedo al dolor y así sucesivamente”
Existe un vaginismo primario, que ocurre cuando la mujer nunca ha sido capaz de lograr algún grado de penetración. La mujer puede presentar esta condición incluso sin darse cuenta hasta que intenta tener algún tipo de penetración, ya sea del pene o incluso un tampón. Existe también el vaginismo secundario que es cuando la mujer previamente si ha sido capaz de lograr penetración vaginal indolora y de repente se siente incapaz de poder realizarlo. En este caso, la contracción muscular puede ser provocada por causas físicas, emocionales, infecciones vaginales, trauma durante el parto, cirugías pélvicas, etc. Es muy importante tener en consideración que tanto la primaria como la secundaria poseen una gran carga psicológica siendo muy importante para su tratamiento el manejo en conjunto entre un sexólogo y un kinesiólogo especialista.
El vaginismo y la dispareunia son condiciones tratables con resultados muy exitosos. Al realizar un tratamiento de forma adecuada en una clínica sexual y con profesionales especialistas, las relaciones sexuales placenteras y libres de dolor son alcanzables para la mayoría de las parejas.
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